Después de comprender la sección en la que nos encontramos dentro de la pirámide de Maslow, es posible trabajar para afianzar bien la etapa y así escalar a la siguiente.

Al tener cubiertas algunas de las necesidades básicas, será posible, entonces, comenzar a identificar nuestras fortalezas. Aquello para lo que somos buenos. Aquello que nos provoca gusto hacer. Algo que podríamos hacer todo el día y que seríamos capaces de hacer de por vida, incluso si no nos pagaran por hacerlo. Eso que se convertiría en tu pasión. Sir Ken Robinson lo llama EL ELEMENTO.



En su libro, del mismo nombre,  Robinson explica que descubrir el Elemento no es una cuestión de suerte, sino de oportunidad, de padres atentos, de buenos mentores, de tener miedo y aun así lanzarse. Las ideas de Robinson se ilustran con decenas de casos maravillosos de artistas, premios Nobel y otros grandes "achievers" y de como han descubierto su Elemento. .....un sinfín de ejemplos de talento en potencia que la oportunidad, la familia, un buen profesor o una tribu de iguales ayudaron a salir a la superficie.

Como ejemplos:

Robison concluye su ensayo con algunas recomendaciones sobre como reformar la escuela para ayudar a los niños a encontrar su Elemento. Y con una reflexión sobre la importancia de reunir pasión y profesión en los individuos, y superar el estado de millones de personas que odian lo que hacen, querrían hacer otra cosa, pero aun así van todos los días al trabajo y toman alcohol y pastillas para aguantar. Porque nunca es tarde para encontrar nuestro Elemento.  Posted by Antonella Broglia en Los Buenos Libros