REVOLUCIONANDO A LA FAMILIA
julio 28, 2009
de Michael Mendizza en www.ttfuture.org
traducción por Mariana Ludmila Cortés
Claramente las familias no son los que solían ser.
Pero, ¿qué es ahora la familia? ¿Los tutores?, ¿Los protectores? ¿Los primeros y más importantes maestros?
Muy, pero MUY pocos son individuos independientes y genuinos.
Muy, pero MUY pocos marchan al ritmo de su propio corazón, actúan por un entendimiento profundo y han generado valores y convicción.
La mayoría han sido domesticados, han aprendido a condicionarse profundamente, a formarse en filas, a obedecer a la autoridad, a hacer lo que les ordenan, a trabajar para otros y a pagar los impuestos solicitados por aquellos que dan las órdenes. En otras palabras, hacen lo que sea necesario para ser aceptados por el grupo, la tribu, el club, su FE o partido.
Haber nacido en una familia, rodeado por al menos un individuo auténtico es muy diferente a haber nacido en una familia "domesticada".
Haber sido domesticado significa que de manera natural, mecánica y por lo tanto sencilla, coloca a los propios hijos, uno por uno, en el cinturón transformador (o banda transportadora) que domestica. Los adultos domesticados generalmente cosechan lo que siembran, niños domesticados. El no hacerlo (ser dependientes a la aprobación del grupo), sería suicida.
El tema a profundidad es: ¿De donde proviene mi sentido de aceptación y pertenencia? ¿Es intrínseco o extrínseco? ¿Proviene de mi o del exterior? y nos trae de regreso a la base de la construcción de nuestra identidad (con vínculos o sin ellos), pero si con vínculos, el tema es más profundo aún. ¿Vinculados a que? ¿A la aceptación o a la integridad innata?
La persona vinculada de manera legítima, entiende de manera fundamental, que todos somos un mundo; que mi padre y yo somos uno. La persona con un lazo menos genuino, construye un mundo propio basado en la mayor o menor aprobación de terceros y que entonces, es fácilmente condicionada, controlada y domesticada por la manipulación de aquella aprobación, sentido de pertenencia o rechazo, recompensa y/o castigo.
Tomando este simple principio de lo personal a lo transpersonal, al nivel global, universal y meta, se vuelve claro que es benéfico desde un punto de vista cultural y social criar una población menos unida, a una profundamente unida (co-dependiente) y la clave de esto es bajo las experiencias que tenemos con lo que llamamos familia.
Las organizaciones religiosas, por ejemplo, siendo la falsificación cultural del verdadero desarrollo, usaban a la familia para reclutar, inducir y adoctrinar la siguiente generación de cadetes o su interrupción de existencia como una fuerza cultural dominante.
Como el gancho de una ideología debilitada (y ha tomado años hacerlo) la familia ha perdido su utilidad como un sustituto cultural y fue marginada a la vuelta del siglo.
La domesticación de niños cambió de la familia al estado (término real de Fascismo) a través de las escuelas públicas.
El menor sentido que los jóvenes encontraran en su hogar, hacía que perdieran su unión y se volvían más inseguros; lo que hacía que creciera su necesidad de aprobación extrínseca, y que la cultura se convirtiera en mayormente controladora y segura.
Cincuenta años por la banda transportadora (la marginación de la familia y la planeación de la ruptura del lazo familiar), llegó la televisión e inmediatamente después de la liberación de la mujer, cada uno representando los golpes uno-dos al sentimiento auténtico, a la experiencia y al significado de la familia, y entonces, al punto de vista del mundo propio. La banda transportadora continúa acarreándonos a muchos de nosotros hoy día, fiel a su diseño. Es tan simple.
Con esto en mente, oferto que los escolarizados en casa, y más profundamente aun, la comunidad de NO escolarizados son los Verdaderamente revolucionarios de nuestros días. Si existe alguna esperanza para la perspicacia y a las imágenes de activísimo sobre una cultura cambiante, estás vendrán de esta comunidad creciente de individuos que florecen.
traducción por Mariana Ludmila Cortés
Claramente las familias no son los que solían ser.
Pero, ¿qué es ahora la familia? ¿Los tutores?, ¿Los protectores? ¿Los primeros y más importantes maestros?
Muy, pero MUY pocos son individuos independientes y genuinos.
Muy, pero MUY pocos marchan al ritmo de su propio corazón, actúan por un entendimiento profundo y han generado valores y convicción.
La mayoría han sido domesticados, han aprendido a condicionarse profundamente, a formarse en filas, a obedecer a la autoridad, a hacer lo que les ordenan, a trabajar para otros y a pagar los impuestos solicitados por aquellos que dan las órdenes. En otras palabras, hacen lo que sea necesario para ser aceptados por el grupo, la tribu, el club, su FE o partido.
Haber nacido en una familia, rodeado por al menos un individuo auténtico es muy diferente a haber nacido en una familia "domesticada".
Haber sido domesticado significa que de manera natural, mecánica y por lo tanto sencilla, coloca a los propios hijos, uno por uno, en el cinturón transformador (o banda transportadora) que domestica. Los adultos domesticados generalmente cosechan lo que siembran, niños domesticados. El no hacerlo (ser dependientes a la aprobación del grupo), sería suicida.
El tema a profundidad es: ¿De donde proviene mi sentido de aceptación y pertenencia? ¿Es intrínseco o extrínseco? ¿Proviene de mi o del exterior? y nos trae de regreso a la base de la construcción de nuestra identidad (con vínculos o sin ellos), pero si con vínculos, el tema es más profundo aún. ¿Vinculados a que? ¿A la aceptación o a la integridad innata?
La persona vinculada de manera legítima, entiende de manera fundamental, que todos somos un mundo; que mi padre y yo somos uno. La persona con un lazo menos genuino, construye un mundo propio basado en la mayor o menor aprobación de terceros y que entonces, es fácilmente condicionada, controlada y domesticada por la manipulación de aquella aprobación, sentido de pertenencia o rechazo, recompensa y/o castigo.
Tomando este simple principio de lo personal a lo transpersonal, al nivel global, universal y meta, se vuelve claro que es benéfico desde un punto de vista cultural y social criar una población menos unida, a una profundamente unida (co-dependiente) y la clave de esto es bajo las experiencias que tenemos con lo que llamamos familia.
Las organizaciones religiosas, por ejemplo, siendo la falsificación cultural del verdadero desarrollo, usaban a la familia para reclutar, inducir y adoctrinar la siguiente generación de cadetes o su interrupción de existencia como una fuerza cultural dominante.
Como el gancho de una ideología debilitada (y ha tomado años hacerlo) la familia ha perdido su utilidad como un sustituto cultural y fue marginada a la vuelta del siglo.
La domesticación de niños cambió de la familia al estado (término real de Fascismo) a través de las escuelas públicas.
El menor sentido que los jóvenes encontraran en su hogar, hacía que perdieran su unión y se volvían más inseguros; lo que hacía que creciera su necesidad de aprobación extrínseca, y que la cultura se convirtiera en mayormente controladora y segura.
Cincuenta años por la banda transportadora (la marginación de la familia y la planeación de la ruptura del lazo familiar), llegó la televisión e inmediatamente después de la liberación de la mujer, cada uno representando los golpes uno-dos al sentimiento auténtico, a la experiencia y al significado de la familia, y entonces, al punto de vista del mundo propio. La banda transportadora continúa acarreándonos a muchos de nosotros hoy día, fiel a su diseño. Es tan simple.
Con esto en mente, oferto que los escolarizados en casa, y más profundamente aun, la comunidad de NO escolarizados son los Verdaderamente revolucionarios de nuestros días. Si existe alguna esperanza para la perspicacia y a las imágenes de activísimo sobre una cultura cambiante, estás vendrán de esta comunidad creciente de individuos que florecen.